Más
que meros instrumentadores de programas, los docentes son
profesionales reflexivos, como ya han apuntado diversos autores.
La
docencia enfrenta la paradoja de que sus resultados se ubican en la
esfera de otro sujeto,
es decir, un
buen docente se identifica a partir
de los aprendizajes de sus
alumnos, pero son
ellos, y sólo ellos, los que aprenden.
La
docencia estará caracterizada por crear el ambiente, ese mundo, de
significados compartidos; escenarios en los que se apoye, facilite y
medie la construcción de quien aprende. Y he aquí el componente
artístico de la docencia: es un poco
de técnica
pero mucho
de inspiración.
Juan Castillo Hernández. (2012)
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