miércoles, 7 de mayo de 2014

CUENTO: EL BURRITO DESCONTENTO

Érase una vez un invierno muy muy muy frío.
En el campo caía la nieve copo a copo y dentro de una casa, en un pequeño establo había un burrito que miraba a través del cristal de la ventana.
Junto a él tenía un pequeño pesebre cubierto entero de paja seca.

-¡Paja seca!- Se decía a sí mismo el burrito despreciándola, -¡vaya una cosa que me pone mi amo! Ayy, ¿cuándo acabará este frío invierno y cuándo llegará la bonita primavera? De ésta manera podré comer hierba fresca que florecerá por tooooodas las partes del campo, y bien jugosa que estará.

¿Alguien sabe por qué el burrito quería la primavera, a parte de por toda esa jugosa hierba? ¿Qué conocemos de la primavera?

Así, poco a poco fue llegando la primavera y con ella fue creciendo hermosa y rica hierba fresca por todas partes.
Nuestro burro se puso muy contento pero... Esa felicidad, poco le duró.
Su amo, el campesino, cortó la hierba y la cargó a lomos del burrito para llevarla a casa. Luego, volvió y la cargó nuevamente.
Al día siguiente otra vez. Al otro, ¡otra vez! Y así, día tras día durante toda la primavera. El burrito cansado iba cargado de hierba del campo a casa, de casa al campo, del campo a casa y de casa al campo...
De esta forma, ya no le agradaba la primavera a pesar de lo alegre que era y de toda la hierba fresquita y jugosa que tenía.
- ¡Ayy! -Se quejaba, ¿cuándo acabará esta cansada primavera y cuándo llegará el cálido verano?

¿Alguien sabe por qué el burrito quería el verano, a parte de por su calorcito? ¿Qué conocemos del verano?

Llegó el verano, pero no por hacer mucho calor mejoró la suerte de de nuestro burro, pues su amo le sacaba de nuevo al campo y le cargaba con todos los productos cosechados en sus huertas.
El burrito, descontento una vez más, sudaba, sudaba y sudaba a la vez que trabajaba bajo el caluroso Sol veraniego. Cansado iba cargado de frutos del campo a casa, de casa al campo, del campo a casa y de casa al campo...
Así que el verano también le dejó de gustar.
- ¡Ayy! -Se quejaba el animal de nuevo, - ¿cuándo acabará este caluroso verano y cuándo llegará el fresquito otoño?-
Pues era el otoño la única esperanza que le quedaba puesto que ni la primavera ni el verano había mejorado su situación de descontento.

¿Alguien sabe por qué el burrito quería el otoño, a parte de por su fresquito? ¿Qué conocemos del otoño?

Pasó el tiempo y llegó el otoño, pero, ¿qué ocurrió?
- ¡Arre, arre!- El burrito seguía tranajando muy muy duro. Iba y venía cargado de paja del campo a casa, de casa al campo, del campo a casa y de casa al campo...
Y mientras caminaba en silencio iba reflexionando, su situación no había mejorado con el paso de las estaciones.
- Si nada me gustó la primavera, menos aún me agradó el verano, y el otoño tampoco me parece cosa buena...
- ¡Ayy! -Una vez más volvía a quejarse de su descontento, - ¿cuándo acabará este otoño y cuándo llegará el invierno? ¡Sí, quiero y deseo el frío invierno! Se que entonces no gozaré de la fresca y jugosa hierba primaveral, ni del calorcito veraniego y tampoco del fresco otoño, pero al menos descansaré frente a la chimenea y volveré a ver la nieve caer copo a copo, como en los viejos tiempos.
Tendré mi pesebre llenito de paja seca, la cual comeré con el mayor contento, ¡bienvenido seas invierno!

¿Alguien sabe por qué el burrito quería el invierno, a parte de por todo lo que podría descansar? ¿Qué conocemos del invierno?

Y cuando por fín llegó de nuevo el invierno, nuestro burro fue inmensamente feliz. Vivía descansando en su cómodo establo comiendo con buena gana la paja que su amo le ofrecía en el viejo pesebre.
Ya no tenía el deseo del cambio de estación y se dio cuenta de lo tonto que había sido al no valorar lo bello que era el invierno.
Ahora contemplaba alegre la nieve que caía mientras llegó a una conclusión.
Contentarse con nuestra suerte es el secreto de la felicidad.


Fotos del cuento elaborado a mano: 










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