viernes, 9 de mayo de 2014

Cuento: El soldadito de plomo

Erase una vez... un juguetero que fabricó una cajita con 25 soldaditos de plomo y uno de ellos por desgracia tenía solamente una pierna, porque el juguetero no tenía suficiente plomo para acabarlo.
Después colocó la cajita en el escaparate de su tienda y una señora que pasaba por allí decidió comprarla para su hijito. Cuando llego a casa y se lo dio a su hijo, este se puso muy contento.
Por la noche cuando todos dormían los juguetes correteaban alegres por la habitación y el soldadito decidió salir a observar lo que había a su alrededor y de pronto se quedo hipnotizado por una hermosa bailarina que danzaba en un lindo castillo hecho de cartón y papel. Entonces quiso acercarse para conocerla, pero un payaso entrometido le dijo que no se acercase a ella o si no tendría problemas con él. El soldadito no hizo caso al payaso y este lo empujo, cayéndose por la ventana.
A la mañana siguiente llovía muchísimo y unos niños que jugaban en la calle encontraron al soldadito tirado en el suelo y decidieron hacerle un barquito de papel, y este navego y navego por los arroyos de las calles hasta llegar a una alcantarilla, que estaba muy sucia y el podre soldadito estaba muy asustado porque no sabía dónde estaba, y al final de la travesía acabó en el mar, rodeado de peces y uno de ellos que tenía mucha hambre, se comió al soldadito.
Un día no muy lejano la mama del niño fue al mercado a comprar pescado y cuando volvió a casa, mientras cocinaba el pescado encontró al soldadito en su interior y corriendo llamo a su hijo para decirle que había encontrado a su soldadito perdido y volvió a ponerlo con el resto de sus juguetes.
Esa misma noche el soldadito fue otra vez en busca de la bailarina, que estaba sentada frente a la chimenea,  pero de nuevo apareció el payaso entrometido y los dos se batieron en duelo para ganarse el amor de la bailarina y ella asustada se interpuso entre los dos para separarlos, y en un forcejeo la bailarina tropezó y cayó en la chimenea, el soldadito corrió y corrió tras ella para salvarla, pero quedaron atrapados entre las llamas.
Desde entonces no se supo nada más de ellos, pero una mañana que la mamá limpiaba la chimenea encontró un corazoncito hecho de plomo del soldadito y brillantes del vestido de la bailarina, como una muestra de su amor.



Y colorín colorado, este cuento se ha acabado...



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